domingo, 5 de julio de 2015

Con P de Prado.


En mi familia tenemos algunos nombres muy "naturales": yo me llamo Mª de la Montaña y mi cuñada se llama Mª del Prado. Y para ella es la enésima caja de vinos que he arreglado. Las cajas viejas de vino son mi debilidad, es un trabajo sencillo, cómodo y muy, muy agradecido, porque el cambio siempre es tan espectacular que gustan a todo el mundo.


En este caso la caja estaba muy deteriorada (¡¡bien!!) y después de quitarle todos los herrajes tuve que encolarla bien y sujetar los laterales con puntas ocultas.







La tapa tenía manchas, porque la caja llevaba unos meses en una leñera (de milagro se salvó jaja), pero en realidad eso no tenía mucha importancia porque la madera no era bonita y desde el principio pensé en pintarla en color claro.


Utilicé un papel de arroz con glicinias que ya había usado en este perchero y que me encanta lo bonito que queda sobre fondo color crema.


La letra P está repujada en estaño y envejecida con una solución química de cloruro de antimonio. Esto fue un experimento, porque antes siempre había envejecido con betún de Judea, pero leí que esta solución producía en el estaño el efecto de plata antigua y me apetecía mucho probar. Así es que le dí a GPadre la matraca para que me la preparase (le costó lo suyo, porque en el laboratorio no tenía antimonio puro y tuvo que machacar antimonita para luego disolverlo en clorhídrico. ¡¡Toda una odisea!!). 

El caso es que el resultado no me ha gustado demasiado, más que plata antigua queda con el aspecto del plomo, grisáceo. Volveré a probar alguna otra vez, pero creo que me quedo con el betún.

El interior lo forré con lienzo color crudo al que hice unas líneas a pincel seco en el color de las glicinias. 




Antes de pegar la P le di a toda la caja una mano muy suave (aplicar y quitar casi inmediatamente) con pátina marrón oscuro y para finalizar barniz satinado en spray, así la limpieza es más fácil y no se deteriora la decoración.
 
Las bisagras y el tirador negro de hierro me parecían demasiado grandes y aparatosos para una caja de este tamaño, así es que los sustituí por unas bisagras doradas pequeñitas y un tirador también pequeño. Los de hierro los guardaré para otro trabajo (¡¡aquí no se tira nada xD!!).




A Prado le ha gustado mucho, casi no se podía creer que fuese la misma caja. Ahora sólo le queda decidir para qué la va a usar.
Espero que a vosotros también.


Besos.




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