domingo, 7 de septiembre de 2014

Nos vamos de mercadillo




Hoy nos vamos a dar una vuelta por uno de los mercadillos de antiguedades que más me gustan, el mercado semanal de Estremoz, un pueblo portugués que está a 60 km de Badajoz. Aquí podemos encontrar una selección de lo más variopinta, en puestos atendidos por gente muy amable y con unos precios realmente bajos para lo que vemos en otros mercadillos más conocidos.




Nada más entrar encontramos loza y diversos objetos domésticos :


(No puedo evitar, cuando visito un rastro, pensar que estos artículos seguramente un día fueron muy preciados para sus dueños; por ejemplo esa sopera blanca podría haber formado parte de la dote de alguna muchacha casadera hace la tira de años, ¿verdad?. Y pienso cómo sería la muchacha, si le haría ilusión casarse, la primera vez que sirvió sopa...). 

En fin, seguimos.  

Aperos de labranza:




Muebles de distintas épocas, procedencia, valor y estado, aunque en general todas las cosas que se exponen están muy bien conservadas:




Podemos encontrar muebles portugueses muy característicos, de buena factura y en muy buen estado:




También muebles de épocas más recientes, ideales para transformar y darles otro aire:





Por supuesto los pies de máquina de coser, que están tan demandandos actualmente:



Cencerros de distintos tamaños, que decoran tanto de forma individual como formando una colección:




Artículos religiosos:





Despiece de cincuenta mil objetos que nos pueden servir para encontrar unas lágrimas de lámpara, una manilla antigua, un interruptor, un pomo...






Trastos, ¿cómo decirlo?... INDESCRIPTIBLES:




Auténticas joyas, como este ajedrez con las piezas de hierro pintadas a mano:



Textiles de procedencias inciertas, que te hacen preguntarte cómo es posible que hayan llegado hasta aquí:




Objetos de cobre:



Herramientas de todo tipo, las consabidas planchas de hierro:



En fin, esto son sólo fotografías de un día. Por supuesto si volvéis al sábado siguiente el panorama es completamente distinto y hay otros cincuenta mil trastos completamente diferentes y a cual más bonito.



Y después de haber recorrido las calles con los trastos viejos es imprescindible pasarse por la zona de verduras y quesos. Tengo que deciros que los quesos portugueses son muy apreciados aquí en Badajoz, son distintos a los nuestros, quizá un poco más ácidos y los hay de distintas variedades y curación. Además los comercializan en tamaños pequeños, y a unos precios de entre 2 y 5 euros, lo que permite llevarse al mismo tiempo varios tipos para probarlos.










Me faltó hacer fotografías de los puestos de verdura, que también son espectaculares, así es que tengo una disculpa para volver dentro de poco.Es curioso porque mi marido, a quien el ir de compras le horroriza, siempre está dispuesto a acompañarme a Estremoz, no sé si por las antigüedades en sí o por las torradas (tostadas hechas con pan rústico) que desayunamos antes o por la compra de los quesos que hacemos después.

Entendéis por qué es uno de los mercadillos que más me gustan? No os apetece hacer una escapada y visitar el Alentejo portugués?.

Espero que os haya gustado el reportaje.

Hasta la semana que viene.
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